Las noticias sobre la Next-Gen no cesan. En esta ocasión, diferentes desarrolladores afirman que el coste de producción en Xbox 720, casi el doble que en Xbox 360, podría disparar el precio de los juegos. ¿Nos espera entonces una generación de consolas más caras?
El portal especializado GamesIndustry ha recogido la opinión de algunos desarrolladores en contacto directo con Xbox 720. Según estos, el coste de los juegos en la nueva consola se habría duplicado respecto a Xbox 360. “Estoy duplicando mi presupuesto en estos modelos”, explicaba un empleado ligado a la producción de una popular secuela. Según esta fuente el número de horas requerido para desarrollar los juegos de Durango (nombre en clave para referirse a dicha plataforma) se habría disparado: “Si queremos sacar el máximo partido a las capacidades de Durango, necesitamos mucho más tiempo”.
El motivo no es otro que la calidad de las texturas y el elevado número de polígonos con que contará, aparentemente, la nueva consola. Si bien esto podría encarecer los costes de la producción garantizaría al menos la potencia de la Xbox 720. Por otro lado, algo similar podría suceder con los juegos de PlayStation 4. Las últimas filtraciones hablan de una consola potente y preparada para dar el salto a la Next-Gen. Obviamente, el ingreso en la nueva generación tiene un precio.
¿Serán entonces más caros los juegos?
Sin duda, encarecer el producto no es la mejor estrategia para consolidar consolas recién llegadas, sobre todo en un panorama de incertidumbre como el que actualmente atravesamos. Una posible solución, al menos para los productores, pasaría por eliminar o tomar las riendas del mercado de juegos de segunda mano.
Desde luego, se trata de una estrategia algo agresiva que se complementaría con la decisión de eliminar la retrocompatibilidad con juegos de plataformas anteriores. Esto implicaría que alguien que se hiciera con PlayStation 4 no podría jugar a un título en formato físico de PlayStation 3, quedando como única opción la compra a través de PlayStation Network. Del mismo modo, la nueva plataforma estaría capada y blindada frente a los juegos usados: “Un juego para una sola consola”.
En busca de alternativas
Otra opción, también señalado por dicha web, pasaría por fortalecer la política de expansiones. Reforzar el modelo de suscripciones y ofrecer un amplio contenido en forma de DLC permitiría a las desarrolladoras y distribuidoras obtener grandes beneficios de sus juegos. Una estrategia cada vez más consolidada en el mercado y muy efectiva si atendemos al éxito de juegos como Call of Duty.
Frente a este planteamiento, disponemos de soluciones más complacientes con el jugador. Los modelos freemium y Free-to-play permitirían al gamer probar un juego de manera gratuita y, en caso de haberles gustado, poder acceder al resto de contenidos mediante diferentes formas de pago. Un formato que ya está obteniendo enormes beneficios en PC y que podría triunfar en las nuevas consolas. Para ello serían necesarios plataformas más abiertas, consolas que permitan a los desarrolladores que así lo deseen ofrecer a los gamers nuevos formatos de juego. No estaría mal, ¿verdad?